
—Por Sol Arri
al Conde Orlok
cortinas me cubren la cara
como un velo la luna la muerte
me pinta de cadáver
persigo el pecado una eva
que recuerda el edén
los hombres peregrinan
convertidos en apóstoles levantan
la cabeza hacia el ángel en el alféizar
de la ventana me entrego
en este lugar que de toda
voz es mudo la noche
oscura en el infierno
en estos ojos sepulcro
del fuego son mi espejo
si bajo este manto negro finalmente
te llamo como orfeo a eurídice
como un lobo a su manada
entonces tomá lo que necesites de mí
miren todos vean
nuestro amor y las sombras
de tus dedos sobre mi cadera
y la nuez que aplasto
entre mis manos y tus labios
abiertos sobre mi cuello
develan un secreto
murmurado siglos atrás
si sos tan solo
un apetito entonces tomá
lo que necesites de mí
tu lengua haga la señal
de la cruz sobre mi cuerpo
tus dientes tracen
el contorno del corazón que me delata
si no podés amarme entonces tomá
lo que necesites de mí la sed
escurra entre tus dedos la noche
y cuando veas las primeras luces
del día despedite con el beso
de la muerte y desaparecé
antes de que el sol acaricie mi cara