
Por Francisco Petit De Meurville —
“Movies are dreams, doll, that you never forget.”
(The Fablemans, 2022)
Mi relación con el cine y el acto de ver películas fue extraña durante una gran parte de mi vida, no porque me disgustase, sino porque nunca tuve un gran interés por adentrarme en ese mundo más allá de la superficie que ya habitaba. Incluso solía decir en terapia que prefería ver series por un montón de razones que ahora me parecen burdas y ridículas.
Todo esto cambió cuando me hice un Letterboxd en el verano de 2024 y empecé a archivar todas las películas que había visto. Durante enero me la pasé haciendo memoria y catalogando. Cuando terminé me di cuenta de que en lo que iba de mi vida había visto alrededor de mil películas. No solo eso, siempre tuve buena memoria, sobre todo para las cosas que me importan. Empecé a replantear mi relación con el mundo del cine al ver que recordaba escenas, diálogos y sensaciones con un alto nivel de detalle y calidad. Lo tomé como disparador para empezar a consumir con más conciencia tanto la cartelera del momento, como films clásicos o películas que siempre quise ver, pero nunca me hacía el espacio para verlas, me creé ese espacio.
Letterboxd también fomenta la comunidad del cine: podés ver lo que tus amigues ven y las reseñas que le dejan a las películas. Además la tarea de escribir una crítica después de ver una película me hace generar serotonina, lo cual se agradece.
Esos fueron los cimientos sobre los cuales se construyó mi nueva relación con el cine. Anoté en mi watchlist de Letterboxd las películas que siempre quise ver y emprendí mi incursión en el mundo cinematográfico.
Quería empezar con películas argentinas que tenía pendiente hace años, así que vi 9 reinas y El secreto de sus ojos (también conocida como la mejor película argentina que existe). Después pasé por películas como My cousin Vinny, Her y otras de las que siempre escuché solo cosas buenas. Comencé una pequeña indagación en el género de las romcoms (inspirado e impulsado por mis querides amigues Bianca Zunino y Madababi), con peliculones como My best friend’s wedding, 13 going 30, Palm Springs y otros títulos que consagraron al género como algo que no solo me genera interés, sino también placer. Todo esto culminó en que un día decidí ver Singing in the rain (película que si no vieron, dejen de leer esta nota y véanla) y cambió lo que era un pequeño interés pasajero en una pasión que perdura hasta el día de hoy.
“Hay una cosa que no puede cambiar, Benjamín: no puede cambiar de pasión” (El secreto de sus ojos, 20009).
La gente alrededor mío tomó interés por mi nuevo pasatiempo; aprendí que tanto mi familia como mis amigues tienen una gran afinidad por el cine y aportaron un sinfín de recomendaciones sobre películas que tenía que ver porque eran infaltables, porque pensaron que me podrían gustar o porque simplemente aprovecharon mi estado permeable para que viera películas que les gustaban y no tenían con quién hablar.
En 2024 cursé Taller de Semiótica con Manuela Güell (quien, además de ser una gran profesora de semiótica, me recomendó Magnolia y tiene un club de cine todos los viernes en nuestra facu que es increíble y un planazo para empezar el finde), materia que, además de ser pesada, es desafortunadamente útil y fomenta una perspectiva con la que se pueden analizar los discursos encadenados, una mirada que me resultó muy rica a la hora de ver películas. También hice Historia y Análisis de las Artes Audiovisuales con la maravillosa Fernanda Alarcón, que me regaló no solo una de las mejores cursadas de la carrera, sino también compartió su genuina pasión y amor por el cine que reavivó mi aún latente pasión por el mundo audiovisual.
Había un pequeño gran problema: yo veía películas, terminé el año pasado viendo más de 200 películas (217 para ser preciso), pero nunca veía mi olvidada watchlist, que además de juntar polvo ya había acumulado más de 280 títulos. Pecaba de no saber qué ver: la idea de abrir mi watchlist me abrumaba, por la cantidad de pelis que había y no terminaba viendo nada o veía lo primero que me aparecía en Max o Prime. Era una paradoja. “Películas que algún día quería ver, pero no sé cuándo las quiero ver”. Necesitaba algo que me empujará a tachar la lista, hasta que en diciembre se me ocurrió la solución perfecta.
En TikTok/IG reels se empezó a popularizar un formato de vídeos que usaban una rueda como motor central, de los cuales yo seguí a pioneros de este emergente género como: “giro todos los días una rueda con los nombres de los personajes de One Piece hasta que solo quedé uno” (vamos por el día 290) o “reviews random del arte de las cartas de pokemon” cosas vitales y eruditas, si las hay. Viendo estos contenidos, las ruedas empezaron a girar no solo en mi celular, sino también en mi cabeza. Pensé “tengo que poner todas las películas en una rueda y finalmente ver las películas que siempre quise ver.” Así fue como mi amada rueda nació (que si me seguís en Instagram ya debes estar familiarizado y hasta harto de ella, si no te la bancas).
Cuando cargué todas las películas de mi watchlist en la rueda, la giré por primera vez y se sintió demasiado correcto: esto es lo que tenía que estar haciendo. La rueda es además muy querida por una gran parte de mis seguidores y odiada por Bianca Zunino, y solo Bianca Zunino.
Vale aclarar que no todas las películas que veo son porque están en la rueda. Sigo yendo al cine y viendo películas con amigues o porque quiero verlas y no tengo ganas de esperar a que salga, pero la mayoría de las películas que vi este año son de la rueda y aumentó el volumen de películas que veo en un día. Mi amigo Nicolás Daniluk (con el que veo películas clásicas como Casablanca o Sonic 3) se sorprende cuando tengo que ver una película en Stremio y mientras se descarga veo otra película de la rueda, haciendo hincapié en las que estén en una de las plataformas que tengo. “Ves películas mientras esperas a ver películas, no tiene sentido” dice (no entiende la vibra).
El resultado de la rueda, sumado a mi nueva apreciación por el cine y el hábito que construí de ver películas, es que en lo que va del año (escrito el 21 de abril antes de ver Hocus Pocus 2 porque la rueda lo manda) es que ya vi 219 películas… que son dos más de las que vi el año pasado, de las cuales 55 vi por fuera. El experimento es un éxito en todos los aspectos.
Si prestaste atención a esta nota, podrás estar preocupado porque ya vi 219 de las 280 pelis que tenía en mí watchlist. Por suerte la rueda es un dios hambriento que alimento de manera constante y gracias a eso tiene en estos momentos 444 títulos (uno tiene que imaginar a Sísifo feliz, yo por lo menos lo hago y lo estoy), muchos de los cuales son de las 280 originales, pero la gran mayoría son una colección de nuevas recomendaciones. Mi rueda es pública e invita a que la gente me envíe una o veinte recomendaciones, que son tan intrusivas como bienvenidas.
Si te lo estabas preguntando: sí, me podés dejar tu recomendación, porque tengo un problema (escríbanme a Instagram).
Hablando con la gente que reacciona a mi rueda muchos dicen que les gusta la idea, pero no se animan a hacer una rueda porque les da cosa que les salga algo que no estén con humor de ver y créanme que los entiendo: a veces me salen 3 películas del Holocausto seguidas y me quiero matar. El punto de la rueda no es forzarme a ver películas como un castigo, es más bien una forma ludópata que me impulsa hacia un logro; yo quiero ver estas películas, esta es la manera que me sirve y me divierte hacerlo, no hay mejor sensación que ver una buena peli que siempre quisiste ver. Yo no espero que cada persona tenga su rueda, pero sí que encuentren una manera de impulsar sus pasiones y metas. El mundo es más feliz cuando las ruedas están girando.
En mi siguiente nota les voy a hablar de cuáles fueron las películas que vi gracias a la rueda, que se quedaron conmigo y vuelvo a darles vuelta en mi cabeza (en el mejor de los sentidos).
Si quieren experimentar mí proceso y la trayectoria que recorrí con la rueda, les dejó una rueda con todas las películas que vi hasta el día 6 de mayo en esta página.
https://wheelofnames.com/59x-jr8
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